Nunca me imaginé ser uno de esos "bloggeros" que escriben en cualquier lugar que no fuera la comodidad de su casa y desde la accesibilidad de su propia computadora; pero heme aquí, escribiendo desde la compu del trabajo sentado en una banca en un centro comercial en la ciudad de Puebla. (No, y si realmente me conocen sabrían que no estoy de "shopping" sino chambeando...por 5a semana consecutiva ¬¬)
Pero bueno, en general nunca me imaginé ser "bloggero", es más, ni siquiera me considero dentro de ese tipo de categorías, puesto que tiendo a escribir de contentillo, tan inconstante como el aire acondicionado de cualquier hotel.
Después de una (no tan) extenuante observación al prójimo (misma a la que le dedico el 80% de mi tiempo libre, siempre y cuando no esté idiotizado frente al celular) por éstos lares Poblanos, no tuve ningún tipo de revelación whatsoever, ni llegué a ninguna conclusión...más bien reafirmé uno de los muchos "porqués" acerca de la extinción de la sociedad.
Ok, esa última frase fue merecedora del dramabutton, lo que quiero decir es que comprendí una más de las razones por las que estamos condenados como sociedad y (de igual manera) lo seguiremos estando hasta nuestro fin, si no le ponemos un alto.
Tengo una pregunta que, dadas las circunstancias terminará siendo retórica, pero igual la formularé: ¿Creen que realmente existen los cabrones y las pendejas?
Si, un poco "subida de tono" esa pregunta, pero aquí viene el trasfondo:
Durante muchos años hemos estado sujetos a una clasificación "necesaria e infalible" acerca del sexo opuesto, misma que nosotros mismos hemos generado y deformado hasta llegar a las sub-especies de "cabrón" y "pendeja".
Aquí la cuestión no es si entramos o no en éstas clasificaciones, sino los motivos por los que nos etiquetamos dentro de las mismas (si, seguimos en la misma terquedad de etiquetarlo TODO). Ok, veámoslo desde una perspectiva externa, algo que me tocó ver/escuchar ayer por la tarde:
Un sujeto camina por el centro comercial tomado de la mano de su novia/esposa/querida/concubina/etc y le dice "Pues me vale madres, pero sabes que cuando llego de trabajar tengo hambre y quiero comer, así que a ver cómo le haces porqu......." (se interrumpe la frase porque hasta ahí escuché).
En el caso anterior les pregunto (nuevamente retóricamente, ni pedo): ¿Es él un cabrón? o acaso ¿es ella una pendeja?. Bien, aquí la conclusión: ÉL es un cabrón porque ELLA es una pendeja, y ELLA es una pendeja porque ÉL es un cabrón.
(Si llegaron a éste punto y deciden no leer más, creo que es momento de consultar a un psicólogo urgentemente)
La cuestión no es seguir etiquetando y quedarnos como pendejos (no, ésta es otra etiqueta) toda la vida señalando y enjuiciando y tirando piedras, no....el punto es que determinemos el porqué. Nos sentimos TAN miserables con nuestras pobres y tristes existencias y personas, que preferimos dominar o ser dominados, y eso se complemente únicamente cuando hay a quién dominar o quién nos domine. No es tan complicado, y en resumen es algo así: nos desvaloramos como individuos, de tal manera que nosotros mismos somos quienes invitan a los demás a pisotearnos (en el caso de las pendejas) o, tenemos un concepto tan pobre de nuestra existencia, que necesitamos dominar a alguien más para reafirmar lo miserables que somos (en el caso de los cabrones). A final de cuentas nunca estamos contentos, si son pendejas, se quejan, y si son cabrones igual.
¿Y por qué lo seguimos permitiendo/provocando? Simple, porque estamos TAN arraigados a las costumbres, tradiciones, prejuicios e ideas preconcebidas que nos inculcan desde pequeños, que al momento de acercarnos a nuestra verdadera escencia, es tan apabullante y tan fuerte el reality check, que tenemos miedo de quedarnos ahí y regresamos a nuestra zona de "seguridad personal" en donde es mucho más fácil la convivencia bajo el yugo de las etiquetas que nosotros mismos nos ponemos y aceptamos que nos pongan, que sentirnos quienes realmente somos y conocernos naturalmente.
Es increíble cómo la felicidad ahora se ha vuelto una utopía. Y si, puedo ser etiquetado como grinch o como mediocre o como lo que ustedes quieran, pero al menos yo no veo únicamente lo que quiero ver; termino con dolores de cabeza y ardor de ojos pero soy FELIZ viendo TODO el panorama, me guste o no....¿Por qué? Porque no concibo mi vida sin ese toque de realidad que me provoca hablar y escribir del drama ajeno (y del propio), mismos que me provocan sentirme vivo. (Y a todo aquél que interprete ésto último como "me corto para sentirme vivo" cual emo, se hará acreedor de un viaje directo, sin escalas y redondo a chingar a su madre)
Ahora bien, si han llegado hasta éste punto sintiéndose ofendidos, pero con la única misión de terminar de leer todo lo que "éste imbécil escribió", y pretenden alegar que "pues hay gente que así es felíz", su lugar para el siguiente vuelo estará reservado.
No, de verdad que la gente no es felíz así, símplemente no tiene de otra más que no quejarse y fingir felicidad, por muy masoquista que sea la gente (Y si, conozco gente que realmente disfruta los madrazos) ése tipo de rechazo y de control nomás no es normal. "Y ¿Por qué habrían de fingir felicidad?" simple, porque no pueden NO ser etiquetados, o ser etiquetados de lo contrario....porque al parecer sin esas etiquetas no se hayan, se sienten perdidos o sienten que no tienen personalidad.
En verdad sigo sin compender la finalidad de los celos, nos hemos rediseñado para ser objetos pertenecientes a alguien, ¿te cae que tan triste, miserable y patética es nuestra existencia? Y no me vengan con que "es que los valores de la fidelidad ñe-ñe-ñe-blah-blah-blah-ñu-ñu-ñu" porque no es cierto no mamen! Seguimos siendo incapaces de estar solos de tal manera que no permitimos que nadie más intente tomar sus propias decisiones si no es antes consultada o aprobada por nuestro "tan vasto" juicio. Estamos hechos para SENTIR, pero no sentir exclusivamente, eso ya es decisión propia.
El pedo es cuando alguien ya no siente o comienza a sentir de más y entonces no se l permitimos, somos tan egoistas que no podemos concebir como alguien puede sentir de más por alguien más que no soy yo....y encima yo no puedo! Qué predicamento ¿no? Peores que niños chiquitos, mismos que (les recuerdo) nosotros educamos a esa edad, y luego los mega-cagamos porque son envidiosos y no les prestan sus juguetes a sus primitos, o porque les presumen alevosamente los juguetes a sus amiguitos. Es la misma gata pero revolcada, alguna vez alguien me dijo una frase TAN cierta, que se ha vuelto uno de mis mottos: "La verdad no peca, pero incomoda"; que lástima que seamos tan ciegos como nosotros mismos nos obligamos a estar.
Si, mi fe en la humanidad (misma que es prácticamente nula, salvo algunos que otros chizpazos de algunas personas) sigue decreciendo, pero por decisión propia, no porque "sea normal". No dejo de aplaudir ni admirar los valores de muchísima gente, misma que se vale de sí misma para llegar hasta donde quieren hacerlo, misma que por mucho que tengan, valen por lo que son y han construido de si mismos y lo que demuestran, no por "lo que dicen los demás de ellos", gente trabajadora, honesta, HUMILDE...en pocas palabras gente....y no mamadas.
Carpe Diem.